¿El Tai Chi se olvida?

Como ya sabéis todos una de las principales actividades del tai chi, si no la más caracterísitca, es la realización de secuencias de movimientos. A estas secuencias más o menos largas se las llama “formas” o “taolu”; y es la imagen típica de la persona que practica sola en medio de un parque o plaza. Aprender una secuencia de estas, compuesta por un número variado de movimientos, lleva su tiempo y requiere repetir y repetir hasta asimilarlas perfectamente.

Hay actividades físicas como montar en bicicleta o aprender a nadar que una vez aprendidas no se olvidan nunca. Con el tai chi, ¿ocurre lo mismo? Una vez que aprendes la forma completa, ¿puedes llegar a olvidarla? o, por el contrario, ¿se aprende de una vez por todas, para siempre?

Aquellos de vosotros que habéis practicado tai chi o lo seguís haciendo y, por el motivo que sea, os habéis visto obligados a abandonarlo durante una temporada más o menos larga, seguro que ya tenéis la respuesta. Efectivamente, tras un período largo de “abstinencia”, las secuencias motrices se acaban olvidando. Pero.... algo queda.

A ese “algo” que queda y que no se olvida aunque pasen los meses, incluso los años, es a lo que yo llamo: “la esencia del tai chi”. Y es, a mi modo de ver, lo más importante. Hasta tal punto que, pasado el tiempo, si una persona que practicó tai chi durante cierto tiempo, lo retoma, enseguida vuelve a recuperar esas hermosas sensaciones derivadas de su práctica. Y tan importante es este “algo” inolvidable que sirve como muro de carga para, a partir del él, reconstruir todo el aprendizaje.

Y es que “el cuerpo” tiene su memoria. Como un árbol de hoja caduca en otoño pierde sus hojas, así nosostros perdemos toda aquella información que no nos resulta nada relevante. Más el árbol conseva sus ramas, como nosotros recordaremos lo más esencial de la práctica del tai chi.


Un abrazo a todos y todas. Recuerda: “Nos seguimos la pista”.


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